miércoles, 23 de noviembre de 2016

Soy rara pero molo

Lo de que soy rara ya lo sabíamos desde hace tiempo. En casa lo llevamos con normalidad dentro de la rareza. Lo de que además molo (soy guay, chupi, megachachi o como queráis llamarlo) también lo sabemos desde hace tiempo, aunque en los últimos días lo estoy viviendo aun mas.

Me tengo que quedar a comer en el trabajo porque no me da la vida para ir y volver a casa. Como me sobra algo de tiempo en la hora de la comida, me llevo algo que hacer.  Cuando no coincido con nadie para charlar, me dedico a leer, cosa que en casa me cuesta porque llego cansada, los niños no me dejan… Pero cuando no puedo aislarme en la lectura porque me dan conversación, hago ganchillo.

Si, si, soy la tía rara que se lleva el ganchillo en el bolso para tejer en los ratos libres del trabajo. Sin complejos, saco mis ovillos, los extiendo en el comedor y tejo. Pues a la gente le encanta. Me miran sorprendidos y me dicen que mola un montón. Algunos dicen que les gustaría aprender. Otros tienen nociones, pero lo dejaron y ahora me ven y les gustaría retomarlo. Otros me dicen que soy muy apañada. Vamos, que nos lo pasamos pipa en ese rato.

Un compañero me estuvo contando que él también hace manualidades, que recicla objetos. Los primeros días no me hablaba con nadie y ahora ya me saludan por los pasillos. Soy la tia rara que hace ganchillo.


Aun no les he dicho que tengo un blog (con este son dos), donde enseño todas mis manualidades. Que la información sobre rarezas hay que dosificarla. Pero molo. 

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