viernes, 27 de abril de 2018

En días como estos, en los que el miedo y la repugnancia me invaden, me alegro de que mis dos hijos sean varones.

Solo espero estar educándolos bien para que en el futuro sean hombres y no monstruos.

El cuadro es "Judit decapitando a Holofernes", de Artemisia Gentileschi: Pintora renacentista que fue violada por su maestro y tuvo que someterse a torturas y humillaciones para demostrar su inocencia.

miércoles, 4 de abril de 2018

Herrores Hortojrafikos

Ayer me llamaron intolerante por pedir que se respete la ortografía. Y la gramática, ya que nos ponemos. Porque los que no lo hacen me parecen, como mínimo, unos maleducados.

El argumento para tildarme de intolerante era el de siempre: Que no todo el mundo tiene el mismo nivel educativo, que no sabemos las circunstancias de cada cual y que cada uno escribe como quiere o como puede.

Todo esto pasó en Facebook, que es un medio principalmente escrito, y donde a diario me encuentro mensajes para los que necesitaría un traductor de etrusco. Mensajes que directamente paso de largo. Si la otra persona no hace un mínimo esfuerzo por hacerse entender, yo tampoco voy a esforzarme por leerlo. El 50% de mi comunicación diaria con otras personas es por escrito y no tengo tiempo para tonterías.

Respecto al nivel educativo, para mí es un argumento no válido. En España, desde 1970, la educación básica es obligatoria desde los 6 hasta los 14 años (en los años 90 se amplió hasta los 16). Las reglas ortográficas y gramaticales te las enseñan en esa etapa básica y obligatoria. Por lo tanto, cualquier nacido después de 1970 ha pasado por el colegio y las conoce. No hace falta tener un nivel educativo superior para escribir con corrección. Con haber completado la educación obligatoria es suficiente.

Tenemos la suerte de que además de obligatoria la educación en esa etapa es gratuita. Eso implica que la pagamos entre todos, con nuestros impuestos. Toda la sociedad en conjunto somos responsables del sistema educativo. Todos hemos tenido el mismo acceso y las mismas oportunidades de aprender, independientemente de las circunstancias de cada uno. El que no haya aprovechado esa etapa es, por tanto, un vago.

No solo eso: para los nacidos antes de 1970 hay una cosa genial que se llama educación para adultos, que también es gratuita y a la que pueden acceder todos los que no pudieron estudiar de jóvenes. Y si no, siempre queda el recurso de ser autodidacta, que también está muy bien y en el caso que nos ocupa es tan fácil como coger un libro y poner un poco de interés.

Así que, señores, el que escribe mal es porque le da la gana. Cosa que me parece de una falta de respeto inmensa en varios sentidos: Para el interlocutor, que tiene que hacer un esfuerzo extra para entender. Para la sociedad, que ha pagado la educación de esa persona para nada. Y para la propia persona que escribe, porque se auto retrata como alguien vago, maleducado y simple.

Cuando quiten la educación gratuita con el argumento de que la gente no la aprovecha y se gastan recursos inútilmente, ya os llevaréis las manos a la cabeza y os quejaréis en la barra del bar.

Pues sí. Va a resultar que soy intolerante.