sábado, 6 de mayo de 2017

Oh Capitán, mi Capitán

Creo que todos nosotros hemos tenido algún señor Keating en nuestras vidas, como el personaje de El Club de los Poetas Muertos. Yo he tenido la suerte de tener varios. Profesores que nos enseñaron a pensar libremente, a creer en nosotros mismos, a no dejarnos llevar por los convencionalismos, a sacar lo que llevamos dentro. Profesores que pasaron y dejaron su huella en nosotros. Que nos enseñaron a aprovechar el momento. Profesores que nos mostraron la belleza de un poema, de un árbol o de una obra arquitectónica. A los que llevo en mi recuerdo y que han contribuido a formar parte de lo que ahora soy.


A todos ellos, gracias (vosotros ya sabéis quienes sois). 


¡Oh capitán, mi capitán!


¡Oh capitán, mi capitán!
Terminó nuestro espantoso viaje,
el navío ha salvado todos los escollos,
hemos ganado el codiciado premio,
ya llegamos a puerto, ya oigo las campanas,
ya el pueblo acude gozoso,
los ojos siguen la firme quilla del navío resuelto y audaz,
mas, ¡oh corazón, corazón, corazón!
¡Oh rojas gotas sangrantes!
Mirad, mi capitán en la cubierta
yace muerto y frío.

¡Oh capitán, mi capitán!
Levántate y escucha las campanas,
levántate, para ti flamea la bandera,
para ti suena el clarín,
para ti los ramilletes y guirnaldas engalanadas,
para ti la multitud se agolpa en la playa,
a ti llama la gente del pueblo,
a ti vuelven sus rostros anhelantes,
¡Oh capitán, padre querido!
¡Que tu cabeza descanse en mi brazo!
Esto es sólo un sueño: en la cubierta
yaces muerto y frío.

Mi capitán no responde,
sus labios están pálidos e inmóviles,
mi padre no siente mi brazo, no tiene pulso ni voluntad,
el navío ha anclado sano y salvo;
nuestro viaje, acabado y concluido,
del horrible viaje el navío victorioso llega con su trofeo,
¡Exultad, oh playas, y sonad, oh campanas!
Mas yo, con pasos fúnebres,
recorreré la cubierta donde mi capitán
yace muerto y frío.

miércoles, 3 de mayo de 2017

Para ser bruja

El otro día vi esta imagen maravillosa en redes y tuve que compartirla.


Después mi amiga Alicia (¡hola, Alicia!) escribió este precioso texto que os quiero compartir para que no se pierda en la inmensidad de Facebook

“Existen y, son lo que muchas desearían ser y no se atreven.
Son maravillosas, espontáneas, libres, fuertes, decididas, comprometidas, agradables al trato, inteligentes, indomables...y están en continúo aprendizaje.
Son diferentes y por eso las persiguen...
No cumplen los deseos de nadie, como las hadas, cumplen los suyos propios y jamás... Dejan a otra bruja tirada.”

Y, aunque soy más de hadas que de brujas, el texto de Alicia me ha inspirado.

Para ser bruja hay que ser un poco alquimista, muy curiosa y un pelín inquieta. Saber de pócimas, de las que curan, de las que ayudan no solo al cuerpo sino también al alma.

Para ser bruja hay que tener el miedo justo para que a veces se te pince el corazón, pero aun así ser capaz de sacar el valor de seguir adelante.

Para ser bruja hay que cuidar, proteger, amar… no permitir que nada lastime a los tuyos.

Para ser bruja hay que rodearse de otras brujas, reír como locas y bailar hasta hartarse. Hay que poner empeño en lo que hacemos. Hay que aprender continuamente. Hay que leer, salir, entrar, pensar, vivir…

Para ser bruja hay que ser libre. 

martes, 2 de mayo de 2017

Gente maleducada

Están ahí, entre nosotros, camuflados de gente normal. Al principio te pueden caer hasta simpáticos (algunos son hijos preadolescentes y se hacen querer). Pero poco a poco, con la convivencia, vas descubriendo la cruda realidad.

Es esa gente que no da los buenos días cuando llega a la oficina, pero que luego intenta sacarte temas de conversación absurdos. Esa gente que te da golpecitos en el brazo cuando te está hablando. Esa gente que un día parece como que le caes superbién, y al día siguiente te hacen el vacío a la hora de la comida. Ese tipo de gente, ya sabéis.

Seguro que los habéis visto. Van por los pasillos como alma en pena, y se sobresaltan cuando se cruzan con alguien. Gente a la que les pareces un bicho raro, y te lo recalcan a diario, pero no son conscientes de sus propias rarezas (y se enfadan cuando se las mencionas).
En fin, ya me entendéis. Esa gente.


Hoy no es domingo pero hay fútbol, os dejo música.