martes, 6 de diciembre de 2016

Naidú cocinillas

Me he comprado un robot de cocina.

De esos que cuecen, enriquecen, rehogan, trituran, amasan y te bailan la Macarena si hace falta.

Vaya por delante que mi relación con la cocina es escasa y de supervivencia. Lo que hago, eso sí, me sale divinamente. Siempre me han alabado mis empanadillas (que por cierto, hace mucho que no hago… de esta semana no pasa). Pero en general no me gusta cocinar. Cuando tengo que cocinar para muchos (más de los 4 que somos en casa) me agobio y tiro de recetas fáciles. Una vez a mis amigos les puse cuatro salsas con cosas para mojar y no sé cómo todavía me hablan. También soy especialista en abrir latas de conservas.

Con esos antecedentes, me he comprado un robot de cocina. Que siempre lo he visto una cosa super útil para gente a la que le guste cocinar, no para mí que nunca he sido cocinillas.  

Y ahí estoy, mirando recetas y haciendo compra on-line de ingredientes para ir probando. Que lo mismo me da hasta por cocinar sano y todo. Creo que hasta se va a animar mi novio a meterse en la cocina.

De momento me he hecho un arroz con leche buenísimo (una maravilla no tener que estar pendiente de remover), y estoy cociendo huevos para la cena. Ni los de Masterchef, oiga.

Quien me lo iba a decir.