miércoles, 9 de noviembre de 2016

Pequeños traumas

No voy a hablar de la victoria electoral de Trump. Ya sé que es el tema del día (y de los próximos meses) pero me niego a hablar de política. He descubierto que las conversaciones sobre política no conducen a nada: cada uno argumenta lo suyo sin escuchar a los demás. Y como no hacen el esfuerzo de escuchar, yo tampoco voy a hacer el esfuerzo de argumentar. Además tengo un pequeño trauma, y es que nunca he conseguido que nadie cambie de opinión (se ve que argumento fatal… o que no me escuchan). Así que he decidido que no, que no hablo más de política, y menos en mis blogs.

Otro pequeño trauma que tengo es el de la gente que va de víctima por la vida. En realidad son unos manipuladores de los sentimientos ajenos, pero así, sin que se note, y que parezca de la culpa es del otro.

Me he tropezado con unos cuantos en mi vida. Normalmente son personas que ni fu ni fa, y me pueden afectar en momentos puntuales pero intento mantenerlos alejados. Lo malo es cuando es alguien con quien compartes tu vida a diario (por algo mi ex es ex).

Seguro que vosotros también conocéis alguno. Es gente que mete la pata, hasta el punto que hace daño, pero es tan especialista en tergiversar la realidad, darle la vuelta y hacerse pasar por víctima que al final acabas creyendo que el culpable eres tú.

Son cobardes porque no afrontan sus errores. No asumen las consecuencias de sus actos. Se esconden tras una fachada de victimismo que hace aun más daño. En lugar de arreglar las cosas las enredan más, solo para salvarse a sí mismos. Pase lo que pase, caiga quien caiga, dañen a quien dañen. Ellos siempre son las víctimas, aunque sean los culpables.

Y no, a esa gente la quiero muy muy lejos. Ya tuve uno cerca bastantes años y no me gustó nada la experiencia.


Un pequeño trauma que me ha quedado, que se le va a hacer. 

4 comentarios:

  1. Gente de esa a patadas por desgracia :(

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  2. Es que el ir de víctima es muy cómodo porque siempre le puedes echar la culpa a lo mismo: a "tu problema", a tu soledad, a tus circunstancias, cuando lo difícil es afrontar la realidad, apechugar con nuestra responsabilidad y corregir nuestras carencias...

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    1. Hay gente que, simplemente, no se quiere enterar de que tiene esas carencias

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