jueves, 20 de octubre de 2016

Tener o no tener (cortinas)

Hay dos tipos de personas: los que tenemos cortinas en casa y los que no.

Si me estás leyendo y no tienes cortinas, que sepas que eres me pareces un bicho raro. Salvo que vivas en un piso en una planta 18, sin vecinos enfrente y con cristales de esos que tú ves lo de fuera pero desde fuera no te ven a ti. No sé si mi vértigo lo soportaría, pero en un caso así puedo entender que no tengas cortinas. En cualquier otra situación, me pareces un bicho raro.

En otros países y otras culturas puede ser de lo más normal no tener cortinas, no lo niego. Pero en este país de cotillas, como que lo no veo claro lo de tener las ventanas desnudas. Máxime en mi casa, que es una planta baja. No termino de hacerme a la idea de salir de la ducha hacia el dormitorio y que me vea mi vecino que acaba de salir a pasear al perro. Que luego te encuentras de camino a tirar la basura, y es un corte que te diga “buenas noches”. Unas buenas cortinas, y así no es necesario retirarle el saludo a nadie.

Dicho esto, aclaro que soy más de visillos, de los que dejan pasar la luz, y que me suelen agobiar los pesados cortinajes opacos. Pero algo hay que poner en las ventanas. Además, teniendo como afición la costura, no tendría perdón si no tuviera cortinas, y no me las hubiera hecho yo misma. 

Aparte de su función preservadora de la intimidad, las cortinas tienen al menos dos funciones más: regulan la cantidad de luz que entra y son elementos decorativos.

Ya sé que los bichos raros que no tenéis cortinas me vais a decir que, si quiero menos luz, baje la persiana (al menos espero que tengáis persianas. Si no tenéis persianas ya sois marcianos directamente). Pero ahhhh, es que bajar la persiana no es lo mismo. La persiana oculta, impide el paso, bloquea, cierra. La cortina tamiza, difumina, suaviza, aligera.

Cuando entra todo el solazo del verano a raudales por la ventana (ya os dije que odio el verano), no es lo mismo bajar la persiana a plomo que suavizarlo con una cortina. Con la persiana te quedas encerrado en la semioscuridad, mientras la vida sigue fuera. Con la cortina sigues teniendo luz para vivir, para hacer cosas. Pero no será una luz intensa y molesta, sino una luz tenue y agradable. Además, dependiendo de los colores de la cortina, puede ser muy divertido ver como la luz juega y cambia al traspasarla (vale, aquí se me ha ido un poco la pinza).

Por otro lado, las ventanas desnudas me dan la impresión de que toda la habitación está desnuda. Puedes tener unos muebles estupendos en casa, pero si no tienes cortinas se verán deslucidos, tristes. Una ventana sin cortinas es como una ventana de hospital. No es acogedora. Las casas sin cortinas me parecen frías e impersonales. Me da sensación de abandono, de casa vacía.


Y por otro lado, en este país de cotillas… Qué bien viene tener cortinas para hacer de vieja el visillo de vez en cuando. 

4 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo, no veo completa una casa sin cortinas, es que hay hasta eco. Hay visillos preciosos y colgadas en barras son muy cómodas para quitar y poner al lavarlas. En mi casa dos de los dormitorios tienen dos ventanas , en cada dormitorio he en lugar de coger dos cortinas iguales las tengo diferentes, van a juegonporque son de la misma colección pero son diferentes y me encanta el efecto que hacen. En fin, también me parece muy raro el que no pone cortinas, entiendo que cada uno tiene un gusto pero es que lo veo algo necesario

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    1. Qué chulo lo de ponerlas diferentes. Yo así con varias ventanas solo tengo el salón, pero en su momento las puse todas iguales y con el pastizal que me costaron no las voy a cambiar aun. Pero me anoto tu idea por si algún día redecoro.

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  2. En Alemania, que es un país de grandísimos cotillas a pesar de lo que pensamos en nuestra autoflagelante España, encima no hay cortinas... 😅

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    1. Pues son todos marcianos entonces. Lástima que no haya vieja el visillo versión germana.

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