Hay dos tipos de personas: los que tenemos cortinas en casa
y los que no.
Si me estás leyendo y no tienes cortinas, que sepas que eres me
pareces un bicho raro. Salvo que vivas en un piso en una planta 18, sin vecinos
enfrente y con cristales de esos que tú ves lo de fuera pero desde fuera no te
ven a ti. No sé si mi vértigo lo soportaría, pero en un caso así puedo entender
que no tengas cortinas. En cualquier otra situación, me pareces un bicho raro.
En otros países y otras culturas puede ser de lo más normal
no tener cortinas, no lo niego. Pero en este país de cotillas, como que lo no
veo claro lo de tener las ventanas desnudas. Máxime en mi casa, que es una
planta baja. No termino de hacerme a la idea de salir de la ducha hacia el
dormitorio y que me vea mi vecino que acaba de salir a pasear al perro. Que
luego te encuentras de camino a tirar la basura, y es un corte que te diga “buenas
noches”. Unas buenas cortinas, y así no es necesario retirarle el saludo a
nadie.
Dicho esto, aclaro que soy más de visillos, de los que dejan
pasar la luz, y que me suelen agobiar los pesados cortinajes opacos. Pero algo
hay que poner en las ventanas. Además, teniendo como afición la costura, no tendría perdón si no tuviera cortinas, y no me las hubiera hecho yo misma.
Aparte de su función preservadora de la intimidad, las
cortinas tienen al menos dos funciones más: regulan la cantidad de luz que
entra y son elementos decorativos.
Ya sé que los bichos raros que no tenéis cortinas me vais a
decir que, si quiero menos luz, baje la persiana (al menos espero que tengáis
persianas. Si no tenéis persianas ya sois marcianos directamente). Pero ahhhh,
es que bajar la persiana no es lo mismo. La persiana oculta, impide el paso,
bloquea, cierra. La cortina tamiza, difumina, suaviza, aligera.
Cuando entra todo el solazo del verano a raudales por la
ventana (ya os dije que odio el verano), no es lo mismo bajar la persiana a
plomo que suavizarlo con una cortina. Con la persiana te quedas encerrado en la
semioscuridad, mientras la vida sigue fuera. Con la cortina sigues teniendo luz
para vivir, para hacer cosas. Pero no será una luz intensa y molesta, sino una
luz tenue y agradable. Además, dependiendo de los colores de la cortina, puede
ser muy divertido ver como la luz juega y cambia al traspasarla (vale, aquí se
me ha ido un poco la pinza).
Por otro lado, las ventanas desnudas me dan la impresión de
que toda la habitación está desnuda. Puedes tener unos muebles estupendos en
casa, pero si no tienes cortinas se verán deslucidos, tristes. Una ventana sin
cortinas es como una ventana de hospital. No es acogedora. Las casas sin
cortinas me parecen frías e impersonales. Me da sensación de abandono, de casa
vacía.
Y por otro lado, en este país de cotillas… Qué bien viene
tener cortinas para hacer de vieja el
visillo de vez en cuando.
Totalmente de acuerdo, no veo completa una casa sin cortinas, es que hay hasta eco. Hay visillos preciosos y colgadas en barras son muy cómodas para quitar y poner al lavarlas. En mi casa dos de los dormitorios tienen dos ventanas , en cada dormitorio he en lugar de coger dos cortinas iguales las tengo diferentes, van a juegonporque son de la misma colección pero son diferentes y me encanta el efecto que hacen. En fin, también me parece muy raro el que no pone cortinas, entiendo que cada uno tiene un gusto pero es que lo veo algo necesario
ResponderEliminarQué chulo lo de ponerlas diferentes. Yo así con varias ventanas solo tengo el salón, pero en su momento las puse todas iguales y con el pastizal que me costaron no las voy a cambiar aun. Pero me anoto tu idea por si algún día redecoro.
EliminarEn Alemania, que es un país de grandísimos cotillas a pesar de lo que pensamos en nuestra autoflagelante España, encima no hay cortinas... 😅
ResponderEliminarPues son todos marcianos entonces. Lástima que no haya vieja el visillo versión germana.
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