Dicen que la primera impresión es la que cuenta. No estoy totalmente
de acuerdo con esa afirmación. Muchas veces me he equivocado con esa primera
impresión, sobre todo con las personas. Hay quien en un principio no te cae
bien, o ni fu ni fa, y acaban siendo entrañables y positivas en tu vida. Hay
quien te decepciona profundamente porque esa primera impresión fue buena y
quizá depositas demasiadas expectativas, que se acaban derrumbando como un
castillo de naipes.
Pero hoy no quiero hablar de esas personas. Hoy quiero
hablar de las que ves venir. De las que en la primera impresión ya sabes que,
tarde o temprano, te la va a jugar. Y te la juega. Y piensas “ya lo sabía”. Y
no te sorprende. Pero no te duele tampoco, porque ya te lo esperabas. Porque
esa persona es así y desde que la conociste, ya notaste que no era bien, que
jamás ibais a congeniar, que a la mínima oportunidad te atacaría.
Y son esas cosas que en el patio del colegio te dolían,
porque la inexperiencia hacía que te pillaran por sorpresa. Pero con la edad
que ya vamos calzando no te duelen nada. Porque te das cuenta de que ya lo
sabías de antes y has conseguido que no te importe esa persona aunque hayas
tratado con ella a diario.
Vale, a lo mejor estoy escribiendo esto porque si me afecta
un poquito… No por perder a la persona (alguien así no lo quiero a mi
alrededor), sino por las energías que he gastado construyendo mi coraza, a lo
largo de los años, para conseguir que estas cosas no me afecten.
Sigo haciendo caso a mis primeras impresiones, a veces. Porque a veces fallan, pero la mayoría
aciertan.
Pffff cuéntamelo a mi. Pero yo soy tan capulla que sigo sin aprender, sigo sin protegerme, no quiero confiar y confío, a ciegas, en cuanto veo un mínimo me lanzo, y luego descubro que ese mínimo sólo era que querían algo de mi y yo se lo doy, se lo doy todo y más y luego me llevo el palo, y me hago la máscara, porque no soy capaz de hacerme una coraza, me hago la máscara de fuerte y alegre, y lloro porque ya no doy para más. Ni los años que pasan me hacen aprender la lección. Por suerte (en realidad por desgracia) he pasado cosas muy malas y sé tan bien como que hay malas personas que existen grandes personas y por eso cada día vuelvo a levantarme confiando en que un día dejaré de llevarme desilusiones...
ResponderEliminarHala..... tela lo que me he explayado.... corto ya.
Me encantas como persona Naidu ;) no cambies
No eres capulla, eres un sol
EliminarTu también me encantas. Ves, la primera impresión contigo fue buena.
EliminarYo me hago la coraza con las personas que de primeras veo que no van a funcionar. Hago lo posible por que no me importen. Rara vez me falla la intuición.
Hay tanta gente mala por ahí suelta.... la mayoría van a lo suyo, se lleven por delante a quien se lleven, sin un mínimo de empatía o de cariño, y a la que pueden te la juegan.
ResponderEliminarPor eso alguien como tú es un tesoro.
Nos queda el consuelo de esperar que el tiempo las ponga en su sitio
Tu también eres un tesoro. El tiempo ya he aprendido que no lo deja todo donde lo debería dejar, pero que se le va a hacer.
EliminarSi te veo venir desde el principio no me la juegas, porque no te habré dado espacio dentro de mi muralla para que cojas impulso y me hagas daño. Podrás contrariarme, fastidiarme, pero hacerme daño? no creo, no tendrás poder para ello. Pero tienes razón, nos perdemos mucho con las murallas.
ResponderEliminarBicos, me gusta leerte!
Eso es lo que quería decir, pero tu lo explicas mejor.
Eliminaruna cosita, que igual no te preocupa en absoluto. yo entro por bloglovin y si no pones foto en el post queda un poco raro en bloglovin porque no tienen nada para decorar
ResponderEliminar(no me deja pegar el pantallazo)
pues es que tampoco me pega mucho poner fotos en este blog, que es más bien de divagaciones mías. Muchas veces no hay una imagen que le vaya a la cuestión...
EliminarTengo que hacerle la portada y me da pereza, así que fíjate.
No se si bloglovin cogería la foto de portada, cuando la tenga.