Están ahí, entre nosotros, camuflados de gente normal. Al
principio te pueden caer hasta simpáticos (algunos son hijos preadolescentes y
se hacen querer). Pero poco a poco, con la convivencia, vas descubriendo la
cruda realidad.
Es esa gente que no da los buenos días cuando llega a la
oficina, pero que luego intenta sacarte temas de conversación absurdos. Esa
gente que te da golpecitos en el brazo cuando te está hablando. Esa gente que
un día parece como que le caes superbién, y al día siguiente te hacen el vacío
a la hora de la comida. Ese tipo de gente, ya sabéis.
Seguro que los habéis visto. Van por los pasillos como alma
en pena, y se sobresaltan cuando se cruzan con alguien. Gente a la que les
pareces un bicho raro, y te lo recalcan a diario, pero no son conscientes de
sus propias rarezas (y se enfadan cuando se las mencionas).
En fin, ya me entendéis. Esa gente.
Hoy no es domingo pero hay fútbol, os dejo música.
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